Un comentario puede enfocarse de distintas maneras; aquí, se adopta una perspectiva interpretativa. Se trata este de un comentario de poema desde una perspectiva lo más abarcadora posible. En un comentario de este tipo no se debe uno detener solamente en una faceta, como la métrica o los recursos estilísticos, etc., sino que se deben tener en cuenta también otros aspectos, como la intertextualidad que se establece con otros textos, o el contexto del poema dentro de la poética de su autor. Se puede, además, hacer alusión a aspectos históricos directamente relacionados con el texto, que sirven para explicarlo, y analizar cómo ciertas figuras literarias contribuyen a enfatizar los temas e ideas expresados en el texto. Todo ello servirá para acercarnos al texto con más herramientas explicativas.
Un comentario puede ser abierto (cada cual comenta los aspectos que crea pertinentes) o focalizado en algunos aspectos a partir de una o varias preguntas. Para hacer un comentario de texto, se pude seguir una aproximación por apartados (contexto, temas, estilo, etc.) o ensayística (entrelazando los diferentes aspectos sin distinción en apartados). Aquí, el comentario es abierto y tiene formato ensayístico.
Para hacer este tipo de comentario, es obvio que se necesita más tiempo y acceso a documentación del que tendríamos en un examen o en una prueba común. En este sentido, un comentario de este tipo debe hacerse con apoyo de materiales bibliográficos: primarios (una edición rigurosa del texto que se comenta) y secundarios (estudios sobre ese texto que sirven de apoyo al análisis). Cuando se tiene acceso a la bibliografía, es obligatorio referirse a ella, incluyendo los datos bibliográficos (autor, título, editorial, fecha de publicación, páginas, etc.), y es necesario incluir citas textuales, entre comillas y con la página exacta de donde esté tomada cada cita. No hacer esto se considera plagio, lo que es inaceptable para el estudio filológico y es, además, un delito. Existen muchos estándares de citación. Aquí seguiremos las normas Chicago author-date.
Cada comentario puede ser distinto, ya que tiene un fondo interpretativo que hace que cada lector-comentador pueda extraer explicaciones distintas a los mismos fenómenos. Sin embargo, siempre hay elementos que deben ser comentados porque son objetivamente relevantes dentro del enfoque de nuestro comentario, independientemente de la interpretación que se les dé. Si nuestro comentario considera la métrica, por ejemplo, deberá hacerse alusión al tipo de verso utilizado, a la estructura poemática, a la existencia de rima, etc. Siempre encontraremos una parte objetiva en un comentario y una parte más interpretativa. Ambas son relevantes.
CONSTANTES VITALES
Infancia fue recuerdos que no han sido
que risueño escuché; ser un pasado
que hoy sueño cual —yo es otro— inalcanzado
e irrepetible cuento repetido.
Adolescencia ha sido —así lo dice
el nombre— adolecer de mal de vida
debido a un laberinto que deshice
inventándome en nadie la salida.
Madurez es vivir sobrevivido
del que olvida que sigue solo y siente
sentir temer y no tener sentido.
Senectud, si es, será ser el siguiente
al que hará el miedo a nunca haber vivido
creer que no ha vivido inútilmente.
Rodrigo Olay, “Constantes vitales” (Cerrar los ojos para verte, 2011).
(1) Rodrigo Olay (Noreña, 1989) publicó en 2011 su primer poemario: Cerrar los ojos para verte (2011). Contaba entonces con 22 años. Esta obra sorprendió gratamente a la crítica, que le hizo ganador del Premio Asturias Joven y el de la Crítica de Asturias.
El poemario se compone de un prólogo en verso y cuatro secciones. El poema que vamos a comentar es el segundo poema de la primera sección.
Del poemario llama la atención su juego metaliterario, su dominio de la palabra, su intimismo lírico y su humor. Son estas características las que le han acompañado en toda su obra, que desde entonces ha ido aumentando, al igual que los premios. En 2014 publicó, en Ediciones de la Isla de Sistolá, La víspera, que volvió a ser merecedor del Premio de la Crítica de Asturias; en 2019, en Hiperión, publicó Saltar la hoguera, que se alzó con el Premio Jaén, y en 2021 el poemario Vieja escuela en Rialp, que recibió un accésit del prestigioso Premio Adonáis. Ha publicado además un breve cuaderno de haikus titulado Lluvia fina (2021).
No contamos todavía con demasiados estudios críticos sobre su obra, pero en los existentes suele destacarse la mezcla entre clasicismo e innovación de su poesía, su dominio de la sintaxis, la variedad de uso de las distintas formas poéticas o su uso sabio de la intertextualidad, entre otras cosas (Valverde, 2020) (2) . Su dominio del ritmo es también perceptible, su juego con los recursos métricos y su virtuosismo con la palabra hacen que su lectura sea interesante en distintos niveles, que permiten repetidas lecturas siempre diferentes (3) .
Analizaremos aquí uno de sus poemas, «Constantes vitales», en el que trataremos de profundizar en estos distintos niveles de lectura, que hacen que este soneto funcione literariamente. Exploraremos su métrica y sus recursos estilísticos desde lo fónico, lo morfológico, lo sintáctico y lo semántico (4) .
Lo primero que llama la atención del texto es, sin duda, su cuidada estructura. Métricamente tiene la forma de un soneto endecasilábico con rima consonante ABBA, CDCD, EFE, FEF. Sorprende el cambio en el esquema de rima de un cuarteto al otro (serventesio en este caso). De la rima llama también la atención ese juego fónico entre -ido y -ado, que se da en el primer cuarteto, seguida de la rima en -ida del segundo, y cómo se recoge la rima en -ido en los dos tercetos. Esta insistencia aporta una especial trabazón fónica al poema (5) .
Cada una de las estrofas recoge una de las etapas de la vida: infancia, adolescencia, madurez y senectud. El cambio del formato cuarteto con rima abrazada al serventesio con rima cruzada podría entenderse simbólicamente como la rebeldía adolescente (6) .
El asunto del poema (7) sería el tópico tradicional de tiempo, de la vida del hombre como un inevitable transcurso hacia la muerte, recogido tantas veces a lo largo de la literatura: el peregrinatio vitae, que recogía ya en nuestra literatura Gracián en El Criticón. Resume uno de los editores que El Criticón ofrece:
un hilo argumental vitalista, filosófico, repasando la niñez (la primavera de la vida), la juventud (el estío), la madurez (el otoño), y la vejez (el invierno). En la niñez y la juventud están presentes el engaño y la ilusión, el desenfreno, la inconsciencia. En la madurez y la vejez aparece la desilusión, el desengaño, la amargura después de una visión desoladora de la vida (Alonso, 1980, p. 24) (8)
De manera más poética, lo recoge el propio Gracián en este fragmento: «Varias y grandes son las monstruosidades que se van descubriendo de nuevo cada día en la arriesgada peregrinación de la vida humana. Entre todas, la más portentosa es el estar el Engaño en la entrada del mundo y el Desengaño a la salida, inconveniente tan perjudicial que basta a echar a perder todo el vivir» (El Criticón, III, crisi 5) (9) . Olay recoge el tópico con una visión igualmente pesimista ante el vivir y su falta de sentido.
Este tema, más frecuente en autores de otra edad, se repite en diferentes ocasiones en el poemario, especialmente en «Según sentencia el tiempo», sección que recoge varios mini poemas de la misma temática (10) .
El título del poema que aquí analizamos, «Constantes vitales», juega con la idea de los parámetros médicos que se utilizan para medir el equilibrio del organismo: tensión arterial, frecuencia cardíaca, frecuencia respiratoria, saturación de oxígeno y temperatura. Estas constantes marcan un ritmo repetitivo que puede ver su trasunto poético en las repeticiones de todo tipo (métricas, sintácticas, semánticas) a las que nos somete el poema (11) .
El soneto abre con un «Infancia fue recuerdos que no han sido», que nos lleva, sin duda, a la evocación de los versos machadianos en Campos de Castilla: «Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla» (Machado, 1999: 150) (12) . Sus diferencias son muchas (los elementos de declaración poética personal están ausentes en el texto de Olay), pero la temática de que la vida del poeta ha ido pasando y pasará está presentes en ambos. Infancia, juventud y muerte en Machado; infancia, adolescencia, madurez y senectud (marcada por la muerte) en Olay. En estas «Constantes vitales» falta, sin embargo, la juventud, cuya ausencia, a cambio de la presencia adolescente, es también una declaración de intenciones, la constatación de esa etapa joven como parte de la madurez, en la que el yo poético parece incluirse con el verbo expresado en forma presente: «Madurez es vivir sobrevivido».
Cómo se organiza ese peregrinaje por la vida es lo más interesante. Las cuatro estrofas comienzan con un mismo orden lógico, constante. Abren con la etapa de la vida que se va a tratar y siguen con el verbo ser en la forma personal que corresponda (13) . Por su estructuración paralelística, creo que resulta útil analizar estos versos a través de los famosos couplings o emparejamientos de Levin (1974), que hacen énfasis en la relevancia de la recurrencia en todos los niveles en el texto poético. Los couplings consisten, como es de conocimiento general, en la colocación de elementos fónicos, sintácticos o semánticos en posiciones equivalentes (14) .
Encontramos en estas posiciones, de manera ostensible, pues se produce al comienzo de cada estrofa, los enunciados siguientes:
Infancia fue
Adolescencia ha sido
Madurez es
Senectud, si es, será
La estructura sintáctica paralelística es de sujeto + verbo + atributo. El sujeto se concreta siempre en un sustantivo sin determinante que lo acompañe. Estos sustantivos (infancia, adolescencia, madurez y senectud) se encuentran emparejados en posiciones paralelas, destacándose así en el texto, otorgándole cohesión y subrayando esa peregrinación vital central en el poema (15) .
Muy relevante resulta también el verbo ser, que se repite como central en todas las estrofas en posiciones paralelas, destacando así la diferencia de tiempos verbales utilizados: «fue» en pretérito perfecto simple, «ha sido» en pretérito perfecto compuesto, «es» en presente y, por último, «será» en futuro simple. Este uso del verbo ser en forma personal hace que no se trate el tiempo como un asunto general, una quaestio infinita, sino una particular, de la propia experiencia del yo poético.
Cada estrofa contiene únicamente una oración, es decir, ser es, además, el verbo principal de cada estrofa; si hay otros en forma personal, están subordinados. Ese verbo se erige, así, como fundamental en el sentido del poema, ligado, cómo no, a la existencia (16) .
Pero no solo eso, sino que sobre este verbo se aprecia el uso de políptoton en la primera y la última estrofas. En la primera: fue, han sido, ser, es. En la última: es, será, ser. El políptoton, esa «repetición de una palabra en diversas formas y funciones gramaticales dentro de un enunciado o en enunciados vinculados entre sí» (Estébanez Calderón, 2002, p. 862) se sucede con otros términos en distintas partes del poema (17) . Así, encontramos los siguientes términos relacionados por derivación: irrepetible-repetido; adolescencia-adolecer; vivir-sobrevivido; siente-sentir-sentido; haber vivido-ha vivido. Todas ellas tienen repercusiones semánticas relevantes.
Así, la primera pareja «irrepetible cuento repetido» resulta en un llamativo oxímoron que centra la atención sobre la fugacidad de la infancia y su visión idealizada.
La segunda relaciona la adolescencia con el verbo adolecer, en una trampa etimológica que relaciona el crecer (adolescere) con el dolor y el sufrimiento. La semejanza fónica de esta paronomasia crea, así, una relación de sentido productiva.
En «Vivir sobrevivido» destaca una especie de antítesis, centrada en la dificultad de la existencia, que se apoya en la importancia dada al verbo «sentir» en el mismo terceto.
El último terceto concentra una serie de políptoton, en este caso, variaciones en los tiempos verbales de un mismo verbo: «si es, será», haber vivido-ha vivido. Esto supone un juego con el lenguaje que intensifica la contraposición de lo que será el futuro con el pasado que quedará en ese momento detrás, toda una vida (18) .
Como hemos ido viendo a lo largo del análisis, este soneto recoge en sus catorce versos el tema de la peregrinación vital a lo largo de todas sus etapas en un esfuerzo de concentración máxima de sentido (19) . Para ello, el autor se basa principalmente en la repetición en todos los niveles.
Hay una repetición estructural que resulta evidente y que otorga su característica organización al texto. Al respecto decía Núñez Ramos: «Mi opinión es que en muchos casos las estructuras paralelas y comparables de los emparejamientos actúan de estímulos textuales para que el lector extraiga de las unidades situadas en posiciones equivalentes sentidos expresivos y connotativos» (1987, p. 200). El paralelismo estructural que funciona como elemento de cohesión en el poema y que incardina cada una de sus estrofas sirve para que el lector ponga en conexión los términos paralelos. El hecho de que cada una de las estrofas funcione como una sola oración aporta también semejanza estructural y unidad de pensamiento.
A nivel morfológico la derivación de términos, bien de la misma raíz léxica, bien con parecido fónico muy claro, hace que cada estrofa tenga una trabazón natural por sí misma y que se destaquen algunos términos por medio de antítesis o paradojas.
A nivel fónico la rima en -ado, -ido e -ida también acerca y cohesiona todo el poema. Además, las constantes derivaciones refuerzan esas isotopías de sonido.
Pero quizás lo más relevante, que resulta de todo lo dicho hasta ahora, sea precisamente el nivel semántico, ya que podríamos destacar la repetición en torno a campos asociativos como: sentido, ser, vivir y, ya hacia el final, el miedo o temor (20) .
Este poema muestra cómo una cuidada estructuración y organización de los contenidos bajo la premisa del ritmo crea asimismo una profundidad en su contenido, todo ello bajo la apariencia de una conmovedora sencillez.
BIBLIOGRAFÍA CITADA
Alonso, S. (1980). Introducción. En B. Gracián y Morales, El criticón (pp. 11-58). Ediciones Cátedra.
Estébanez Calderón, D. (2002). Diccionario de términos literarios (3. reimpresión). Alianza.
Levin, S. R. (1974). Estructuras lingüísticas en la poesía. Cátedra.
Machado, A. (1999). Poesías completas, ed. Manuel Alvar. Espasa [col. Austral].
Núñez Ramos, R. N. (1987). Las expectativas de lectura del poema lírico Análisis de un poema de Jaime Siles. Archivum, 37-38. https://reunido.uniovi.es/index.php/RFF/article/view/1814.
Olay, R. (2011). Cerrar los ojos para verte. Universos.
Valverde, Á. (2020, septiembre 22). El juego serio de Rodrigo Olay. El Español. https://www.elespanol.com/el-cultural/letras/20200922/juego-serio-rodrigo-olay/522699730_0.html.
Metacomentario 1
Dado que estamos ante un comentario abierto, es decir, que no responde a preguntas concretas —no se divide en apartados—, es conveniente empezar presentando el contexto del texto. En este caso se presenta a su autor con su fecha y lugar de nacimiento, el poemario en el que se incluye esta composición junto con su fecha, y los galardones recibidos. Posteriormente, para centrar aún más el poema en su contexto, se explica en qué parte del poemario aparece y las características principales del poemario. Además, se hace un repaso breve del recorrido literario del autor, citando sus poemarios y premios principales.
Metacomentario 2
Es importante, en un comentario de este tipo, que permite la consulta de material bibliográfico, no dejar abiertas afirmaciones como “los estudiosos dicen”, “hay estudios críticos que…”, “se suele señalar”, etc., sino dar datos bibliográficos que apoyen lo dicho. Estos datos bibliográficos deben referirse en el texto y recogerse al final en “Bibliografía citada”. Las fuentes de las que se cita han de ser fiables. Idealmente deben ser fuentes académicas, pero también pueden utilizarse fuentes periodísticas, por ejemplo. Se debe evitar citar de blogs no académicos, que no dan datos de autoría, fechas, etc. Debe escogerse un sistema estándar de citación, que garantice una homogeneidad en la manera de citar. En este caso hemos utilizado APA 7.
Metacomentario 3
Estos datos que se aportan en la introducción que sirven para contextualizar son guías también para el comentario que vamos a realizar. Podremos ponerlos a prueba para afirmarlos o refutarlos a lo largo de nuestro análisis.
Metacomentario 4
No hace falta ser muy extensos declarando el método de nuestro comentario, pero sí es conveniente hacerlo claramente en la introducción al comentario. Así, aquí se señala que se va a analizar el poema en distintos niveles y se señala cuáles son.
Metacomentario 5
Se comienza, como se había señalado, analizando la parte métrica. Es conveniente, para ello, describir la organización del poema y, una vez hecho esto, su engarce o su subversión de la tradición. Aquí, dentro de un molde tradicional, se realizan moderadas intervenciones.
Metacomentario 6
Dado que la métrica influye en el sentido, se relaciona el juego fónico de la rima con la unidad del poema y se explica, como hipótesis, el cambio de una primera estrofa cuarteto a una segunda estrofa serventesio como algo ligado al contenido del poema. Es un comentario personal, por lo que se pueden realizar hipótesis interpretativas, pero deben estar fundamentadas en un conocimiento previo y en un razonamiento sólido.
Metacomentario 7
Se introduce, después de la forma del poema, su asunto principal, que se ilustra con una cita de uno de los libros más representativos de la tradición de ese tema.
Metacomentario 8
Si realizamos una cita larga (normalmente de más de tres o cuatro líneas) la convención exige hacerlo en un párrafo aparte y sangrada por el margen izquierdo, para destacar las palabras de otra persona dentro del texto propio. En estos casos, la cita larga no requiere comillas.
Metacomentario 9
Para fundamentar un comentario, no siempre hay que recurrir a bibliografía académica secundaria, sino que es posible ejemplificar directamente con una obra literaria representativa, como aquí el texto de El Criticón.
Metacomentario 10
Se puede volver sobre algo antes comentado para relacionarlo con lo dicho. Aquí, al hablar del asunto del poema, se vuelve a su contexto (el poemario al que pertenece), para explicar que parece ser un tema recurrente en el autor.
Metacomentario 11
Es importante ser riguroso y fijarse en todos los paratextos que acompañan al texto y que aportan en su significación. Aquí encontramos un comentario al título y una interpretación posible y fundamentada.
Metacomentario 12
Si encontramos referencias intertextuales es interesante declararlo y comparar el texto referido con el que estamos analizando para ver diferencias y similitudes.
Metacomentario 13
Hemos realizado el análisis, hasta aquí, de la forma métrica, del asunto principal y de la intertextualidad detectada (temática con Gracián, más explícita por los términos utilizados con Antonio Machado). Ahora se pasa a la compositio u organización del contenido más allá de la métrica. Para esto, es relevante conocer el temario de ciertas asignaturas, como retórica.
Metacomentario 14
Se explica qué marco metodológico vamos a utilizar; seguidamente, se explica su aplicación en el texto.
Metacomentario 15
Se realiza la explicación siguiendo el marco declarado, el de los emparejamientos de Levin, y destacando cuáles hay y su significación.
Metacomentario 16
Vemos cómo los distintos niveles de análisis se funden en la práctica, la organización tiene que ver con el sentido, lo refuerza, y se centra en un solo verbo en distintas formas personales. Hay que tratar de relacionar estos niveles y no presentarlos de manera deslavazada como si no tuvieran que ver.
Metacomentario 17
Si se utiliza un término muy técnico es conveniente definirlo, ya sea en palabras propias o ajenas.
Metacomentario 18
Los párrafos previos constituyen un comentario basado en una lectura detallada del texto que aporta un análisis de recursos estilísticos y su sentido.
Metacomentario 19
Conviene, una vez realizado el análisis, destacar lo más relevante e intentar explicarlo. Aquí: las repeticiones en todos los niveles y el papel que juegan.
Metacomentario 20
Antes de terminar el comentario se realiza una recopilación de los resultados más relevantes encontrados. Finaliza el comentario con una frase de cierre que le da un sentido general al comentario.