La palabra oxímoron procede del griego y está compuesta por oxys, que significa ‘agudo, fino, espiritual’, y moros, que tiene el significado ‘contrario de romo, desafilado o estúpido’. Como refleja su etimología, el oxímoron une realidades opuestas. Es lo que hace San Juan de la Cruz cuando escribe sobre la música callada o la soledad sonora. Se trata, por tanto, de una forma especial de antítesis, una figura de pensamiento lógica relacionada con la asociación de ideas y la contradicción de pensamientos. Quevedo también recurre al oxímoron para definir el amor, diciendo que “Es hielo abrasador, es fuego helado, / es herida que duele y no se siente”. Nos hace pensar, así, en lo contradictorio del sentimiento amoroso y en la intensidad de las emociones contrapuestas que asociamos a él. Por eso, será muy frecuente encontrarlo en la poesía mística y en la expresión de lo inefable