Cuando un texto está en verso su segmentación en distintas unidades está determinado por una voluntad estética que se basa en unas reglas propias. Una de ellas es la medida silábica de los versos. En español las sílabas métricas no coinciden exactamente con las sílabas fonológicas, porque existen una serie de reglas que hay que tener en cuenta. La primera y más importante es la de equivalencia de finales llanos, esdrújulos y agudos. En todo verso contaremos las sílabas existentes hasta la última sílaba tónica del verso y añadiremos una. Así serían equivalentes un verso agudo de 7 sílabas, un verso llano de 8 y un verso esdrújulo de 9. En todos la última sílaba tónica es la séptima, más una sílaba que sumamos diríamos que son todos octosílabos. Además, y como norma general, tendremos que realizar la sinalefa, que es una tendencia natural de la lengua hablada. Con estas dos reglas básicas: equivalencia de finales y sinalefa, podremos medir correctamente la mayoría de los versos.